Curiosidades (3): “Accidente premeditado”, de José Huerta.

Por la naturaleza de nuestro país y un tipo de criminalidad especialmente propensa a la violencia extrema, no es raro que el tipo de literatura policial que ha predominado en las letras nacionales sea la novela negra o hardboiled, cuyas características distintivas siempre han sido un crudo realismo y una violencia descarnada. No obstante, eso no significa que no se hayan producido otras variantes del género, como por ejemplo la novela de enigma al más puro estilo de la escuela británica. Las primeras muestras de policíaco en México, de hecho, se apegaban a esta fórmula. Autores como Enrique F. Gual, Antonio Helú, María Elvira Bermúdez y el Rafael Bernal de los primeros años, son los máximos representantes de la novela de enigma mexicana, pero no significa que sean los únicos. Hay otros autores mucho menos conocidos que igualmente probaron suerte en dicha vertiente. Tal es el caso de José Huerta y su Accidente premeditado (Plaza y Janés, 1986) que analizaremos a continuación. ...