Curiosidades (8): Crímenes de familia, de Gregorio Ortega.
Recuerdo haber escuchado una vez a alguien que dijo que los años noventa fue una época pobre para el género negro/policíaco en la literatura mexicana, pues escasearon obras de dicha índole. Es claro que esa persona es bastante ignorante en el tema pues hay un buen número de obras de esta modalidad literaria. Desde varias novelas del omnipresente Paco Ignacio Taibo II, el desaparecido Juan Hernández Luna cuyo grueso de su novelística policíaca está concentrada, en su mayoría, en dicha década; y por supuesto está Élmer Mendoza cuya primera novela, Un asesino solitario , fue publicada en 1999. A esto hay que añadir a la División del Norte: varios autores septentrionales que crearon una serie de obras de género negro de altísima calidad. Francisco José Amparán (Coahuila), César López Cuadras y Juan José Rodríguez (Sinaloa), Gabriel Trujillo Muñoz (Baja California), Gerardo Cornejo Mendieta (Sonora) y Hugo Valdés (Nuevo León). Además, existen una serie de autores menos conocidos aún que d