Normalmente los aficionados al género policiaco (o negro) siempre que pensamos en clásicos nos vienen a la mente nombres como Conan Doyle, Agatha Christie, George Simenon, Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Ed McBain o Patricia Highsmith, cuyas obras marcaron (y aún siguen marcando) pautas para los autores que siguieron cultivando este tipo de literatura. Dichos autores componen para los lectores que vivimos de este lado del Atlántico (América) todo el universo literario del género negro. Sobre todo para los países hispanohablantes. Sin embargo, los europeos además de los escritores citados líneas arriba han tenido la suerte de tener acceso a otros autores menos conocidos a nivel mundial pero cuya calidad es indudable. Este es el caso de los periodistas suecos Per Wahlöö y Maj Sjöwall, reconvertidos en autores policiacos a partir de 1965, año en que publicaron el primero de una serie de diez títulos: Roseanna . Roseanna (Suecia, 1965), inicia con el macabro descubrimiento de cadáve...