Top 10 de detectives literarios clásicos
Durante
prácticamente toda su existencia el hombre ha plasmado sus grandes hazañas
(reales o imaginarias) en todo tipo narraciones, en forma oral en un principio
y de manera escrita después. Dichas historias nos han presentados a toda clase
de personajes que con el tiempo se han vuelto referentes de la cultura popular
y son fácilmente identificables para todos. Estos héroes han sido toda clase de
arquetipos: reyes, caballeros, soldados, exploradores y un largo etcétera. En
el siglo XX y XXI el arquetipo más recurrente ha sido el del detective, quien
gracias a su ingenio (y un revólver, según el caso), han sido los encargados de
desfacer entuertos y traer justicia, el menos en el mundo literario. Es por
ello que en esta entrada enlisto a los que considero como los 10 detectives más
icónicos de literatura policial clásica. Para hacerlo más equilibrado he optado
por escoger cinco personajes de la novela de detectivesca clásica y cinco de la novela negra norteamericana. Como
siempre sucede con este tipo de listas, es subjetiva y es posible que falten
algunos nombres, pero los que sí están son absolutamente esenciales en el
género.
Así
que sin más que agregar comencemos:
10.- C. Auguste Dupin (Edgar Allan Poe).
Este
parisino creado por la pluma del mismísimo maestro del terror, el buen Edgar
Allan Poe, es el padre de los detectives literarios. Aparece por primera vez en
el cuento Los crímenes de la calle Morgue
(1841) y posteriormente en El asesinato
de Marie Roget (1843) y La carta
robada (1844). Con Dupin ya se perfilan las características básicas que
seguirían los posteriores cultivadores del género: es un tipo solitario, algo
excéntrico y con una capacidad deductiva prodigiosa. No se sabe mucho de él,
sólo que pertenece una familia prominente de París venida a menos, por lo cual vive
recluido en su casa, dedicado únicamente al estudio de sus libros, acompañado
de un amigo y narrador anónimo de sus aventuras. Es un detective amateur que se
involucra en los casos únicamente por el desafío intelectual. Es sin duda el
personaje menos conocido de la lista, pero su importancia es innegable.
9.- Mike Hammer (Mickey Spinalle).
No
es precisamente el tipo más sofisticado del policial literario, pero si se
trata de tipos duros nadie es más duro que él. Mike Hammer es un detective
privado siempre acompañado por si fiel Colt .45, a la que llama cariñosamente como
“Betsy”, la cual no duda en usar para repartir justicia cuando lo cree
necesario. Es un sujeto violento, machista y reaccionario, que golpea primero y
pregunta después. Es el primero de una larga línea de justicieros que no cree
en el sistema y opta por tomar la justicia en sus manos (de ahí vienen Harry
“El sucio” Callahan, Martin Riggs, Marion “Cobra” Cobretti o John McClane). No
apto para estómagos sensibles.
8.-“Coffin” Ed Johnson y “Gravedigger” Jones (Chestes Himes).
Esta
pareja le dio un nuevo sentido al género. Duros policías de raza negra que
deben vérselas con toda clase de problemas en el Harlem de los sesenta,
incluyendo el racismo. Pese a ser excelentes en su trabajo jamás han sido
ascendidos. Son tipos incorruptibles, que no usan su autoridad para sacar
provecho como otros agentes. Buscan incasablemente la justicia, aunque para
ello deban torcer las reglas o ya de plano ejercer justicia por mano propia. A
través de sus ojos vemos la radiografía social que su autor hace del barrio de
Harlem. Imperdible.
7.- Lew Archer (Ross Macdonald).
Archer
es un detective privado en Los Ángeles. Es un tipo cínico y duro, como dictan los viejos
cánones, pero al mismo tiempo sensible y reflexivo. Procura no juzgar a sus
clientes pese a que la mayoría son blancos ricos que han hecho su dinero de
formas cuestionables. Siente gran simpatía por las clases más desfavorecidas,
como los negros o latinos, a quienes considera víctimas del sistema, pero no
debido a una falsa actitud “progre”, sino simplemente a una innata capacidad
empática. No obstante, no se equivoquen, cuando hay que entrar en acción sabe
usar los puños y el revólver como se debe. A través de sus novelas su autor nos muestra el Estados Unidos de posguerra.
6.- Perry Mason (Erle Stanley
Gardner).
Conocido
en ocasiones como “el abogado del diablo”, este oriundo de Los Ángeles se ha
topado con toda clase de crímenes a lo largo de su muy dilatada carrera:
asesinatos, robos, chantajes, secuestros, etcétera. Es una curiosa mezcla entre
detective cerebral, al estilo inglés, y el detective duro americano. Sabe boxeo
y es buen tirador, pero al mismo tiempo hace gala de una capacidad deductiva
formidable. Es un feroz defensor de los inocentes (incluso si no pueden
pagarle) y todo un maestro en cuanto a argucias legales se refiere. Aparenta
ser un tipo duro e insensible, pero en el fondo es de buen corazón. Es, además,
protagonista de una grandísima cantidad de series de televisión y películas.
5.- El agente de la Continental
(Dashiell Hammett).
Este
detective sin nombre es un cuarentón bajo y gordo, protagonista de la mayoría
de los relatos de Hammett. Astuto, cínico y no demasiado escrupuloso a la hora
de llevar a cabo su trabajo de detective privado de la Agencia de Detectives
Continental. Esconde su verdadera identidad bajo infinidad de alias, lo que le
permite infiltrarse en los bajos fondos de San Francisco. Es un sujeto
solitario cuya única lealtad aparente es hacia su jefe, el director de la
agencia para la que trabaja y al que siempre se refiere como “el viejo”. Este
personaje se puede decir que es el arquetipo de los detectives duros. Arquetipo
que después perfeccionaría Raymond Chandler con Philip Marlowe.
4.- Hércules Poirot (Agatha
Christie).
Hablar de Poirot es hablar del personaje más
importante de la novela policial de la llamada “Edad de Oro” (1920 – 1939). De
nacionalidad belga, es un hombrecillo de cabeza en forma de huevo, un
espectacular mostacho, del que se siente especialmente orgulloso, y una
obsesión por el orden y la limpieza. Es un sabueso adicto a los enigmas cuya
excepcional inteligencia sólo es comparable con su ego. Poirot desconfía de las
pruebas físicas del crimen y en cambio opta por el aspecto psicológico del
mismo. Es incluso capaz de resolver un crimen sin levantarse de su sillón,
únicamente necesita saber todos los datos del caso y sus “pequeñas células
grises” harán el resto. Como sucede con otros personajes de la lista, ha
aparecido en una gran cantidad de películas y series de televisión, incluyendo
un anime.
3.- Jules Maigret (George Simenon).
Es
comisario de la policía judicial de París. No es un súper genio a lo Holmes o
Poirot, ni un tipo duro como Marlowe. Es hombre común que hace su trabajo con
la mayor diligencia posible. Como buen agente se apega al trabajo policial rutinario,
pero logra sobresalir del resto de sus compañeros de profesión por una aguda
intuición que le permite sobrepasar los límites de tal metodología y así
desentrañar los misterios más intrincados. No es solitario, ni alcohólico, ni
tiene un pasado traumático; es un sujeto apacible, con un matrimonio feliz cuyos
únicos sobresaltos provienen de cuando Maigret se mete demasiado en un caso. Quizá
uno de los poquísimos personajes del policial que no vive a la sombra de Holmes
o Marlowe, ya que creó su propio arquetipo, el cual ha sido tan influyente en
la literatura policial europea, que sin él no existirían personajes como Salvo
Montalbano, de Andrea Camilleri o Kostas Jaritos, de Petros Márkaris.
2.- Philip Marlowe (Raymond
Chandler).
Tal
vez el personaje más importante de la literatura policial después de Sherlock
Holmes. La quintaesencia del detective duro, solitario, alcohólico, cínico y
romántico. Un moderno caballero andante en la ciudad de Los Ángeles de los
cuarenta. Siempre dispuesto a luchar por una causa justa, siempre armado con su
revólver e ingeniosos comentarios que le han hecho ganarse, más de una vez, un
buen puñetazo de parte de gánsteres o policías por igual. Es un tipo honrado
que no acepta dinero que no ha ganado, no investiga divorcios y prefiere a las
rubias. Chandler tenían en mente el rostro de Cary Grant cuando imaginó sus
facciones, pero sería Humprey Bogart el encargado de darle su más icónico
rostro.
1.- Sherlock Holmes (Sir Athur
Conan Doyle).
Con
Holmes dejamos atrás los terrenos de la literatura para adentrarnos en los de
la mitología. Porque Sherlock Holmes es ya un mito moderno, uno que trasciende
el arte de las palabras y que se instala en el ideario popular como el
arquetipo del detective. Holmes es El
detective. Más allá de su gorro y su capó de caza, su lupa o la pipa, lo que
nos viene a la mente al escuchar su nombre es la idea de una especie de súper
hombre, de una inteligencia superior y unas capacidades físicas prodigiosas
(casi sobrehumanas). Es un químico excepcional, experto de tabacos, gran
esgrimista de bastón y hábil peleador cuerpo a cuerpo (domina un arte marcial
conocido como Baritsu). Pero más allá
de eso, en lo que sobresale es en su capacidad de observación y deducción. Por
ello no sorprende que sea el personaje más adaptado al cine (junto con
Drácula). Siempre imitado pero jamás igualado, porque sólo hay un detective y
ese es Sherlock Holmes.
Muy bien me ayudo en mi tarea
ResponderEliminarTodo detectives para empresas debe focalizar su labor en obtener una información objetiva, veraz, actual y real, con el único objetivo de facilitar la información necesaria y útil para la toma de decisiones por parte de sus clientes.
ResponderEliminarEl trabajo de un Detective Privado consiste básicamente en trabajar sin llamar la atención, desarrollando la casi totalidad de su labor en la calle, pero siempre actuado con rigor y con la mayor discreción posible.
Es evidente, que cada tema que se investiga tiene sus propias características y sus objetivos particulares, por tanto cada asunto hay que estudiarlo individualizadamente y debe ser tratado de forma personalizada, adaptando los recursos y los medios apropiados para obtener los resultados deseados.