Juan Tres Dieciséis. Sangre, traición y boxeo.
Debo
confesar
que tengo dos grandes aficiones en esta vida: el boxeo y la novela
negra, (en realidad más, pero estas dos son las únicas que vienen a
cuento respecto a la obra de la que pienso hablar). De la novela
negra me gusta esa mezcla de racionalidad e irracionalidad; las
atmósferas oscuras, opresivas, duras; su romanticismo sucio. Del
boxeo, la violencia y brutalidad inherente a dicho deporte que
detona
en mí ese aspecto primitivo, animal que todo ser humano posee.
Además que casi en su mayoría, los boxeadores son el héroe
romántico perfecto. La vida de varios
de ellos tiene
mucho de tragedia griega. Seres que parecen guiados por un sino
trágico.
Y
es precisamente ahí donde reside la maravilla de Juan
Tres Dieciséis (Random
House 2014),
del escritor sinaloense de nacimiento pero tijuanense por vocación,
Hilario Peña. La novela nos sumerge en el mundo de los guantes y los
encordados. No el de las grandes funciones en algún decadente casino
de Las Vegas, sino en el sórdido y truculento de los promotores sin
escrúpulos y sus turbios negocios a expensas de jóvenes hambrientos
de gloria, los cuales son tratados como simples mercancías.
Al
mismo tiempo nos transporta a una Tijuana llena de obreros
esclavizados a las maquiladoras, y endeudados de por vida pagando por
micro-viviendas de pésima calidad; políticos y policías corruptos,
empresarios deshonestos y mujeres fatales, en la mejor tradición de
Hammett y Chandler.
Este
explosivo coctel
lo consigue recurriendo a un viejo truco usado en las novelas de
Arthur Conan Doyle sobre Sherlock Holmes. Dividida en tres partes (y
un pequeño prólogo donde nos da una brevísima biografía del
detective Tomás Peralta, alias Malasuerte, para los profanos), Peña
primero nos introduce en el ambiente de la ciudad fronteriza con una
serie de personajes y pequeños casos cuya importancia nos será
revelada más adelante. Después, la segunda parte es una novela
dentro de la novela, pues nos cuenta la vida del boxeador Juan Tres
Dieciséis, desde sus humildes orígenes hasta su ascenso y posterior
caída tras alcanzar la máxima gloria pugilística. Historia que
como ocurría en Estudio
en escarlata,
El signo de los
cuatro
y El valle del
Terror
del escritor escocés, sirve no sólo para perfilar a una figura
central sino además para explicar muchas situaciones de la trama
policiaca. En mi humilde opinión ésta constituye la mejor y más
apasionante parte del texto pues desde un principio Peña construye a
un personaje entrañable, heroico, el cual como si de un Aquiles
moreno se tratara, desde un principio se muestra destinado a la
fatalidad.
Quizá
por ello terminarla fue doloroso pues me había encariñado con el
Dieciséis y debido a que la primera parte me había parecido algo
floja me hacía temer que la parte final no estuviera a la altura en
intensidad. Estaba equivocado a medias. Sin bien es cierto que la
historia del boxeador es lo mejor de la novela, la última etapa se
convierte en una frenética carrera llena de acción, humor,
violencia cruda y descarnada, plagada de giros argumentales (unos
predecibles, otros no tanto), que no da respiro al lector y le impide
soltar el libro hasta no llegar a la conclusión.
Estéticamente
hablando, Hilario Peña conserva los valores de sus otras novelas:
diálogos chispeantes, ágiles. Una prosa directa y vertiginosa,
carente de toda floritura innecesaria, llena de humor pero con
registros dramáticos en los momentos adecuados. Además de unas
descripciones de los combates en el ring muy bien logradas donde el
autor nos demuestra sus grandes conocimientos sobre el deporte. El
único pero que le pondría sería su inicio tan débil y unos
personajes bien dibujados pero algo tópicos y planos (salvo por el
Dieciséis), pero que pese a todo funcionan de manera adecuada.
En
conclusión Juan
Tres Dieciséis
es una gran novela negra, divertidísima y apasionante, que noqueará
a cualquier lector que se atreva a pelear un round con ella.
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