Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra
Últimamente
ha surgido un acalorado debate sobre el cine basado en cómics (de
superhéroes, principalmente), sobre si son una moda pasajera o se
convertirán en un género definitivo del séptimo arte como la
ciencia ficción, el terror, el thriller o las comedias románticas.
La verdad es muy pronto para dar un veredicto al respecto, es una
pregunta que sólo el tiempo podrá responder. No obstante esto me ha
llevado a pensar en que si nos detenemos a pensar el cine realmente
aporta muy poca originalidad en cuanto a sus historias. Cierto, ahora
la moda son los cómics, pero las películas basadas en este formato
palicen ante la cantidad de guiones cinematográficos que adaptan
libros. Si mal no recuerdo el porcentaje de películas basadas en
libros (novelas, biografías, etc.) es de alrededor de 70% de la
producciones (al menos en Hollywood). No es casualidad que los
personajes que más películas protagonizan, Drácula y Sherlock
Holmes, tuvieron su génesis en la literatura. Incluso grandes éxitos
cinematográficos, ahora considerados como clásicos, nacieron de la
página escrita y nosotros ni teníamos idea.
En
1993 se presentó en salas de cine de todo el mundo la cinta Jurassic
Park,
dirigida por el rey midas Steven Spielberg, convirtiéndose en un
éxito instantáneo, y que junto a Terminator
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revolucionaron los efectos especiales en los 90's para siempre. El
filme es un relato para toda la familia enfocado en la aventura con
tintes de suspenso y ciencia ficción, en la que por primera vez se
lograron ver dinosaurios “reales” a la pantalla grande. Al día
de hoy es una de las películas más icónicas de la historia del
cine.
Quizá
por eso en su momento me sorprendió mucho cuando descubrí que de
hecho la película es una adaptación de una novela homónima
publicada tres años antes por Michael Chrichton (1942 – 2008).
Cuando por fin llegó a mis manos el texto, albergaba ciertas dudas
al respecto, (tuve una mala experiencia leyendo las novelas
originales de Robert Ludlum que dieron origen al personaje de Jason
Bourne, que distaban mucho de sus versiones cinematográficas y que
personalmente encontré poco estimulantes como literatura en sí, aún
tomándolas como obras de género). Al final la curiosidad pudo más
y me aventuré a la misteriosa isla Nubla, en las costas de Costa
Rica, en busca de dinosaurios de papel.
Lo
primero que cabe preguntar es si vale la pena su lectura. La
respuesta es que definitivamente. Podría decirse que la película
adapta, en términos generales, de forma fiel la historia del libro.
Sin embargo, es el enfoque lo que varía entre novela y filme. Como
dije antes, en el celuloide se decantan por la fascinación de tener
de vuelta a los dinosaurios y en la aventura que representa
sobrevivir a su presencia cuando éstos se salen de control. La
novela en cambio opta por un tono
oscuro y un
discurso crítico con respecto a la ciencia y su papel actual en la
sociedad. En cómo se ha convertido en una manifestación de la
megalomanía del hombre, dedicada
a fines puramente comerciales y sin ninguan búsqueda en beneficio de
la humanidad.
El suspenso es más marcado ya sea el encuentro con el T-Rex o los
velociraptores, que no causan fascinación sino auténtico terror y
parte importante de la peripecia es sobrevivir a ellos. Es aquí
donde se siente más palpable la influencia de El
mundo perdido
de Arthur Conan Doyle que el mismo Chrichton ha reconocido.
Pero
donde definitivamente hay más divergencias es con los personajes.
Los paleontólogos Alan Grant y Ellie Sattler, el matemático Ian
Malcom, y el informático Dennis Nedry (culpable de que todo se fuera
al demonio), son esencialmente iguales en ambas obras; Donald
Gennaro, el abogado encargado de inspeccionar el parque, Robert
Muldoon, el guardabosques del
parque, Ray Arnold, el ingeniero y Henry Wu, el genetista, tienen
mucha más importancia y sus reflexiones sirven para contextualizar
mucho de lo que ocurre en la historia. Mención aparte merecen los
niños, Tim y Lex. Pare empezar, en la novela Tim es el mayor y Lex
es mucho menor (en la película tiene unos 14 años, en la novela 7).
El niño es un friki de los dinosaurios el cual rápidamente empatiza
con el Dr. Grant, y a lo largo de la novela sus conocimientos son
bastante útiles; mientras que Lex es una aficionada de los deportes
y le aburren los dinosaurios, además de ser una quejica odiosa que
te hace desear que se la coma algún depredador. El que
definitivamente es el personaje más distinto es John Hammond, que en
la película es un anciano arrogante, sí, pero bonachón e
idealista, en la novela es un empresario codicioso y mezquino, que
incluso acepta que trajo a sus nietos a la isla simplemente como
presión para Gennaro durante su inspección y no para ayudarlos a
lidiar con el divorcio de sus padres.
En
conclusión la lectura de Jurassic
Park
es una experiencia recomendable para los fans de la película y para
el lector en general, pues tiene los suficientes elementos de interés
propio como para darle una oportunidad. Si eres como yo que no te
deslumbró el filme de Spielberg quizá el material original te
resulte mucho más estimulante, pues muchas de las propuestas más
interesantes que fueron sólo sugeridas en la película (como la
teoría del caos) están mucho más desarrolladas en el texto. Y si
sólo te gusta la aventura o el suspenso ésta tiene dosis a manos
llenas.
Es fascinante leer tus criticas, he aprendido más de novela negra y del genero del suspenso en este blog que en estudios achabacanados (gratuitos en internet) de la academia literaria. Gracias
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