Curiosidades (11): El rumor que llegó del mar, de Eugenio Aguirre.

 


Resulta una obviedad decir que el siglo XX fue el gran momento de la literatura latinoamericana, teniendo su punto más alto en la década de 1960 con el denominado Boom latinoamericano. Bajo esta etiqueta se aglomeran una serie de autores y grandes obras, novelas en su mayoría, de la cuales la que mayor notoriedad ha recibido incluso hasta nuestros días es Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez. Discutiblemente, a esta novela se le adjudica el inicio de un estilo denominado como Realismo mágico. Debido al masivo éxito de la novela del ‘Gabo’ y a una identificación con sus temas, muchos autores decidieron seguir la estela de su icónica obra. Uno de ellos fue Eugenio Aguirre, quien escribió un curioso libro que mezcla el realismo mágico con la novela policíaca, titulado El rumor que llegó del mar.

Este libro cuenta la historia de San Juan de los de Abajo, un remoto pueblo costero del sureste mexicano en el que empiezan a ocurrir una serie de extrañas muertes, comenzando por la de don Cipriano, el alcalde, aparentemente devorado por tiburones. Sin embargo, el teniente Evodio Camarena, jefe local de la policía, sospecha que se trata de un asesinato. No obstante, la creencia popular de la población es que todo es culpa del “rumor que llegó del mar”, una suerte de maldición que enloquece a la gente y la incita a cometer toda clase de actos abyectos. A partir de este punto desfilan un gran número de singulares personajes y situaciones cada vez más delirantes, aunque no por eso menos siniestras.

Esta novela resulta un experimento singular cuya combinación parece inverosímil. Siendo bastante simplista, podemos definir al realismo mágico como la irrupción de lo fantástico en un mundo cotidiano y que, al mismo tiempo, resulta natural a los personajes del universo narrativo. Por ello, estas historias suelen llevarse a cabo en espacios rurales, en los cuales el pensamiento mágico es comúnmente más predominante que en el espacio urbano. De ahí que resulte novedoso (sobre todo en 1986, año de publicación del libro) que la historia suceda en un pueblo costero del sureste, pues es un escenario poco explorado en la novela policíaca mexicana, más propensa a ubicarse en las ciudades. Sin embargo, debido a su considerable cantidad de personajes y las sub tramas que estos conllevan, la historia policíaca propiamente dicha pronto se diluye en medio del mar de situaciones a cada cual más surrealistas. Da un poco la impresión de que el autor quería escribir una obra de realismo mágico y que incluyó aspectos de novela policíaca para darle un toque de originalidad a una literatura que para los ochenta ya estaba demasiado manida. Fue una idea interesante que por desgracia no terminó de cuajar.

Quizá el punto fuerte de la novela está en los personajes. El autor hace uso de varios de los arquetipos de la literatura mexicana ambientada en una zona rural, como lo son: el cura, la prostituta de buen corazón, el ‘loco del pueblo’, la beata, etcétera; no obstante, les da varios giros para sacarlos un poco del tópico y hacer interesante el seguir su historia. Por ejemplo, la beata, Magnesia Cordero, en otra obra hubiera sido una simple sátira de la gente devota y conservadora, aquí le imprimen un grado de extremismo que da un giro final bastante siniestro al personaje. Los policías, el teniente Camarena y su ayudante, el cabo Nicanor Desmanes, podría decirse que caen en el cliché de los policías corruptos, violentos y torpes, pero a ratos tienen destellos de inteligencia que demuestran que no son tan tontos como parecen a primera vista. Incluso, Camarena es el único que se niega a creer en la maldición del mar y busca una explicación racional a los hechos de sangre. El otro personaje destacable es El Péndulo, un legendario criminal de la región. Es dueño de su propio feudo, un pueblo llamado San Martín, habitado en su mayoría por su progenie, producto de incontables violaciones a las mujeres que secuestra. Tiene un aspecto más monstruoso que humano y por ello se le atribuyen ciertas habilidades sobrenaturales. También se dice que es protegido de un cacique y que por ello el gobierno estatal tolera sus fechorías.

Puedo concluir que El rumor que llegó del mar es una buena novela. Está bien escrita y posee elementos interesantes (aun cuando a veces se escuchen demasiado fuerte los ecos de la obra de García Márquez). Como novela policíaca, sin embargo, no funciona. Su trama es muy básica, no está bien llevada pues el avance de la misma se da porque sí y no por las acciones de los personajes, además de que se pierde en la maraña de las otras historias paralelas que componen el cuerpo del libro. Tiene un final que ata la mayoría de los cabos sueltos, pero para entonces ya perdiste el interés por la resolución. Es indudable que es una curiosidad interesante con su respectivo valor histórico para el género policíaco, pero como libro es prescindible.

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