Curiosidades (13): Desdémona en apuros, de José Zamora

 


En 1969 se publicó una obra que marcó un antes y un después en las letras mexicanas. Estoy hablando, por supuesto, de El complot mongol, de Rafael Bernal. Este libro se considera el inicio de la llamada novela negra en nuestro país, pero también el final de la primera etapa de la narrativa policíaca, compuesta por autores como Antonio Helú, María Elvira Bermúdez, Margos de Villanueva, Juan Bustillo Oro, Pepe Martínez de la Vega y el Bernal de los primeros años. Estos autores se suscriben dentro de la variante clásica del género, conocida como novela-problema, de enigma o detectivesca. Con el surgimiento de la figura de Paco Ignacio Taibo II (el más importante autor de novela negra de México a la fecha), su masivo éxito entre los lectores y su posterior influencia en los autores que le sucedieron, la mayoría de los críticos que se han ocupado el tema consideran que la novela de enigma se practicó en el país sólo durante los años cuarenta y los cincuenta. Sin embargo, la realidad es que desde finales de los setenta y buena parte de los ochenta, en pleno auge del movimiento Neopolicíaco (forma en que se dominó a los autores de novela negra latinoamericanos), hubo una especie de revival del policíaco de enigma, con reediciones de los clásicos y la publicación de nuevos autores como Rosa Margot Ochoa, José Huerta, Malú Huacuja y el autor que ahora nos ocupa: José Zamora.

Desdémona en apuros (Editorial Universo, 1980), de José Zamora, comienza con el psiquiatra René Astoreca solicitando la ayuda del Inspector Vicente Camacho, un condecorado policía cuyo éxito le ha valido el mote de “El Maigret mexicano” en la prensa. El motivo de la petición es para proteger a su paciente, Catalina Millán, una joven estrella del teatro en ascenso, quien ha sido víctima de varios sabotajes durante la puesta en escena de la obra Otelo, representada con gran éxito en el Palacio de Bellas Artes. Temiendo por la integridad de la joven actriz, el Dr. Astoreca pide al Inspector Camacho que investigue el caso y atrape al responsable.

Lo primero que hay que decir de esta novela corta (tiene apenas 111 páginas), es que no destaca en nada. Los personajes apenas están dibujados y sólo para cubrir las exigencias de la trama. El único que tienen un poco de desarrollo es el personaje de Catalina, pero aun así resulta muy tópico: una niña rica que se rebela de su papel de señorita de sociedad y prefiere dedicarse a una profesión que no aprueba su conservador padre. El personaje del Inspector Camacho es un sabueso típico de la novela de enigma: es sagaz y analítico, y sólo rompe un poco del molde debido a su falta de profesionalidad al coquetear constantemente con la actriz. El argumento sí diverge un poco de la norma, al no tratarse de la investigación de un asesinato o un robo, sino del sabotaje dentro de una puesta en escena por parte de un “fantasma”, como denominan al ignoto culpable. Está bien armada, y pese a lo corta no se siente apresurada como ocurre con otras novelas mexicanas de este tipo; además, siempre juega limpio con el lector al darle las mismas pistas que el detective, aunque si se es un lector avezado del género resulta fácil adivinar el final. En cuanto a los elementos estéticos, es una novela escrita con una prosa funcional, que como sucede con otros aspectos del libro, no destaca ni para mal ni para bien.

En conclusión, Desdémona en apuros resulta una novela de enigma correcta, sin otra pretensión que ser entretenida para el lector. No es una joya oculta ni resulta imprescindible para la literatura mexicana. Sólo la recomiendo si les gusta esta variante de la narrativa policíaca y no son demasiado exigentes.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Top 10 de detectives literarios clásicos

Top 10 de detectives mexicanos de ficción (Remastered)

Código Negro. Claves para entender la narrativa policial