Noche de pizza con mi villano, de Daniela L. Guzmán. La fascinación del relato.

 

A todos nos gustan nuestras zonas de confort, ese lugar familiar donde nos sentimos seguros y cómodos, porque la vida suele ser demasiado difícil la mayor parte del tiempo y necesitamos ese espacio al cuál volver después de una jornada especialmente jodida. Pasa en todos los ámbitos, incluida la literatura. Por ello solemos inclinarnos por ciertos autores y géneros y no volteamos a mirar otras cosas que se salen de dicho marco. En mi caso soy un fiel seguidor de la novela policíaca y rara vez abandono dicho sitio, salvo quizá por la literatura, digamos, “oficial”, para usar un término de Alfonso Reyes. En consecuencia, mi paso por otros géneros suele ser muy superficial.

Pero vivimos una época extraña y el tiempo libre que se ha ganado con el encierro por la pandemia ha conseguido que uno se sature hasta de sus propios clichés. Por ello cuando me han llegado sugerencias de textos fuera de mis gustos habituales, me he permitido el riesgo. Y es así como he llegado a Noche de pizza con mi villano (Editorial Dreamers, 2019), de Daniela L. Guzmán, un volumen de cuentos bastante peculiar que oscila entre la ciencia ficción, el relato fantástico y hasta coquetea con el terror. En ellos, su autora retoma a figuras históricas que son consideradas como los mayores villanos de México (Porfirio Díaz, Hernán Cortés, La Malinche, Moctezuma y Maximiliano de Habsburgo) y los recrea en contextos totalmente diferentes para reinterpretarlos.

Sin embargo, aunque se pueden hacer lecturas e interpretaciones bastante interesantes de esta colección de relatos, desde el punto de vista del revisionismo histórico, lo que de verdad genera deleite es la narración en sí misma. El mayor encanto del cuento como género literario es su capacidad de contar historias fascinantes, de esas que provocaban el asombro de un grupo de personas sentadas entorno a una hoguera (algo que considero que se ha ido perdiendo en esta modalidad literaria en favor de la experimentación estilística). Parece que ya nadie quiere contar historias interesantes sino demostrar que sabe escribir bien. Pero los relatos de Noche de pizza con mi villano dan prioridad precisamente a la sorpresa, a que la historia nos cautive y que las interpretaciones y análisis críticos que se puedan extraer de ella sólo sean un aderezo, un bono extra a un buen relato, que además está muy bien contado. La prosa de Daniela L. Guzmán es pulcra y precisa, con toquecillos de humor negro que favorecen mucho al ritmo de la narración, pues ésta nunca se vuelve pesada, al contrario, consigue que se saboreen las palabras.

Creo que he dejado bien en claro que me gustó mucho este libro. Es un texto que recomiendo a cualquiera que guste del cuento bien escrito, incluso si no te gustan los géneros en los que están inscritos. Yo no soy lector de este tipo de relatos (ni de cuento en general), pero me terminó seduciendo y consiguió que me enamorara un poco de la figura de La Malinche. Quizá a ustedes les pase igual. Y lo mejor de todo es que puede descargarse gratuitamente a través de Google Books, así que no hay pretexto para no darle una oportunidad.

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